El seguro de salud juega un papel importante en la salud y el bienestar de las personas y las familias. Su objetivo principal es brindar atención preventiva y reducir los costos asociados con gastos médicos inesperados. El seguro de salud también brinda a las personas una sensación de seguridad, lo que puede ayudarlos a combatir las enfermedades con más determinación.
Hoy, más de uno de cada diez adultos estadounidenses no tiene seguro. Más de una cuarta parte de la población estuvo sin cobertura durante al menos un mes durante los tres años que comenzaron a principios de 1993. Además, el número de personas sin seguro ha aumentado constantemente, a pesar del reciente auge económico.
Las personas sin seguro suelen ser jóvenes y saludables. Sin embargo, es menos probable que reciban atención médica regular para enfermedades crónicas. También es más probable que retrasen el tratamiento hasta que la afección se vuelva demasiado grave para ellos. Esto crea estrés financiero y puede resultar en una deuda médica. Además, la falta de seguro médico es una barrera para la planificación familiar efectiva.
Además, las personas con seguro de salud tienen mejores resultados de salud. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que las personas aseguradas tienen tasas más bajas de quiebra médica, hospitalización y deuda médica. Además, las personas con cobertura tienen tasas más bajas de enfermedad avanzada y muerte, dos consecuencias comunes de no tener seguro médico.
Si bien el costo del seguro de salud ha superado el aumento de los ingresos reales durante las últimas décadas, la cantidad de personas sin seguro ha ido en aumento, al igual que la brecha entre el poder adquisitivo y la capacidad de pago de la cobertura. Como resultado, el número de personas sin seguro ha aumentado en más de un millón por año.
Casi la mitad de los encuestados de 2000 creían que las personas sin seguro tenían más probabilidades de tener problemas de salud que las que tenían cobertura. Sin embargo, aún es posible obtener atención médica subsidiada o gratuita. Además, estos servicios pueden ser beneficiosos en las primeras etapas de una enfermedad.
Algunas pólizas ofrecen chequeos y exámenes médicos gratuitos para asegurarse de que goza de buena salud. Además, la mayor parte de la atención preventiva es gratuita. Finalmente, una póliza de seguro de salud puede ayudarlo a ahorrar en copagos y deducibles si necesita visitar al médico.
Conseguir un nuevo trabajo o dejar el actual puede significar esperar a que comience la cobertura. Es posible que también tenga que pagar de su bolsillo los gastos médicos durante este tiempo. Cuando no tiene seguro, corre el riesgo de desarrollar una deuda médica, lo que puede llevar a que las facturas entren en cobros, se agoten los ahorros y se endeuden las tarjetas de crédito.
Mantenerse cubierto puede reducir el estrés asociado con un accidente o enfermedad y permitirle disfrutar de sus actividades. Además, permanecer cubierto puede ayudarlo a evitar los altos costos asociados con el tratamiento de enfermedades crónicas, como la diabetes. Además, también puede permitirle disfrutar de los beneficios de los últimos avances en la intervención terapéutica, que pueden reducir su riesgo de contraer una enfermedad grave.
Ya sea que tenga seguro o no, es una buena idea planificar sus necesidades de salud en el futuro. Por ejemplo, si tiene un hijo recién nacido, debe considerar obtener cobertura para su familia.